Mujeres por la dignidad, una cooperativa zapatista en San Cristóbal
En los Altos de Chiapas, los productos de la tierra no cubren las necesidades de su población. Las mujeres y algunos hombres, se deben organizar ante la necesidad de obtener recursos económicos en forma directa y eludir de esta manera a los intermediarios.
EDUARDO NACHMAN
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. La cooperativa zapatista Mujeres por la Dignidad, reabre su tienda en la calle Josefa Ortiz de Domínguez número dos, en el centro de esta ciudad. La venta de sus productos artesanales permite sostener su proyecto autónomo en un espacio dominado por la competencia comercial y el turismo, con reducidas posibilidades de difusión, a pesar del reconocimiento nacional e internacional por la calidad de los productos.
El local principal de las mujeres organizadas en la Sociedad Cooperativa de los Altos de Chiapas está ubicado en el Caracol zapatista de Oventic, a una hora del centro de la ciudad. La nueva tienda está ubicada a una cuadra del Andador Guadalupano y a tres del parque central de San Cristóbal de las Casas. De los distintos proyectos de las bases de apoyo del EZLN (Ejército Nacional de Liberación Nacional), es el único espacio abierto en una ciudad en la que prevalece la discriminación y el racismo. , A precio de venta más justo, se exponen camisas, vestidos, almohadones, y pulseras elaboradas en telar de cintura con fibras naturales de lana y algodón, que representan la cosmovisión de los pueblos mayas.
Ana*, una de las representantes de la cooperativa señala: «Antes las artesanías que hacían nuestros padres y abuelos servían para el uso diario, para los momentos importantes o para las ceremonias. Por la gran necesidad que tenemos los pueblos indígenas, las artesanías se convirtieron en mercancías. Ahora es la manera para lograr algo de ingreso económico. Antes, cada quien llega a ofrecer en San Cristóbal, era todo individual, porque no había organización ni comunicación en las mujeres. Por esta razón vimos la necesidad de formarnos en cooperativas de mujeres artesanas».
La Sociedad Cooperativa Artesanal de Mujeres por la Dignidad se inició con más de 500 mujeres, en marzo de 1997. Desarrolla de manera autónoma su modo de producción, comercialización y administración. Es un espacio de encuentro y trabajo colectivo. Las socias son mujeres mayas tsotsiles, tienen entre 15 y 80 años, pocas hablan español, crecen y se afirman como mujeres dentro de su organización. Aprenden matemáticas, lecto-escritura, administración, su fuerza organizativa y su perseverancia son un ejemplo a seguir al interior de sus comunidades.
En momentos donde recrudecen los ataques al EZLN, afirma Ana: «Aunque nuestras sociedades cooperativas son legales, siempre nos encontramos con muchos problemas, obstáculos. Es que el mal gobierno está buscando la manera de bloquearnos, a través de sus leyes y sus dependencias. En la comercialización de nuestros productos, nos obligan a cumplir muchos requisitos para la exportación, y si no cumplimos algunos tenemos que pagar altos impuestos, o pagar multa en la hacienda y de esta manera el mal gobierno trata de acabar nuestros trabajos organizativos. De por sí es lo que ha hecho el mal gobierno durante años. Sólo los ricos y los gobiernos están libres de exportar y de sacar nuestra riqueza de nuestro país».
En los Altos de Chiapas, los productos de la tierra no cubren las necesidades de su población. Las mujeres y algunos hombres, se deben organizar ante la necesidad de obtener recursos económicos en forma directa y eludir de esta manera a los intermediarios. Las mismas indígenas asociadas buscan impulsar la llegada a los mercados nacional e internacional porque la capacidad de venta de dos locales es limitada. Reconocen que las personas que compran ayudan en este proceso de lucha que llevan las mujeres artesanas.
«El mal gobierno busca la manera de cómo dividir la gente con su migaja que da en las comunidades. En algunos municipios el mal gobierno ha puesto una tienda de artesanía en lugares importantes. Es con el fin de bloquear nuestros clientes y así nos hacen la competencia. Además los trabajos que llegan a vender en esas tiendas del mal gobierno, mayor parte es comprado a un precio bajo, y luego venden a un precio alto. Entonces, así tratan de engañar y explotar a las artesanas», concluye Ana.
Mujeres por la Dignidad es el nombre que eligieron para su cooperativa que, como otras experiencias de organización zapatista, forman parte de la construcción en la práctica de la autonomía.
*Ana, nombre modificado por razones de seguridad
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