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martes, 14 de febrero de 2017

EZLN anuncia su calendario de actividades para 2017.

 LAS GRIETAS ABAJO (Y A LA IZQUIERDA).
Febrero del 2017.


 imagenes@francotorres

La tormenta en nuestro caminar.
  Para nosotras, nosotros, pueblos originarios zapatistas, la tormenta, la guerra, lleva siglos.  Llegó a nuestras tierras con la patraña de la civilización y la religión dominantes.  En ese entonces, la espada y la cruz desangraron a nuestra gente.
  Con el paso del tiempo, la espada se modernizó y la cruz fue destronada por la religión del capital, pero se siguió demandando nuestra sangre como ofrenda al nuevo dios: el dinero.
  Resistimos, siempre resistimos.  Nuestras rebeldías fueron suplantadas en la disputa entre unos contra otros por el Poder.  Unos y otros, arriba siempre, nos demandaron luchar y morir para servirlos, nos exigieron obediencia y sometimiento bajo la mentira de liberarnos.  Como aquellos a quienes decían y dicen combatir, vinieron y vienen a mandar.  Hubo así supuestas independencias y falsas revoluciones, las pasadas y las por venir.  Los de arriba se turnaron y se turnan, desde entonces, para mal gobernar o para aspirar a hacerlo.  Y en calendarios pasados y presentes, su propuesta sigue siendo la misma: que nosotras, nosotros, pongamos la sangre; mientras ellos dirigen o simulan dirigir.
  Y antes y ahora, olvidan ellos que no olvidamos.
  Y siempre la mujer abajo, ayer y hoy.  Incluso en lo colectivo que fuimos y somos.

  Pero los calendarios no sólo trajeron dolor y muerte para nuestros pueblos.  Al expandir su dominio, el Poder creó nuevas hermandades en la desgracia.  Vimos entonces al obrero y al campesino hacerse uno con nuestro dolor, y yacer bajo las cuatro ruedas del carromato mortal del Capital.
  Conforme avanzó el Poder en su paso por el tiempo, más y más crecía el abajo, ensanchando la base sobre la que el Poder es Poder.  Vimos entonces sumarse a maestros, estudiantes, artesanos, pequeños comerciantes, profesionistas, los etcéteras con nombres diferentes pero idénticos pesares.
  No bastó.  El Poder es un espacio exclusivo, discriminatorio, selecto.  Entonces las diferencias fueron también perseguidas abiertamente.  El color, la raza, el credo, la preferencia sexual, fueron expulsadas del paraíso prometido, siendo que el infierno fue su casa permanente.
  Les siguieron la juventud, la niñez, la ancianidad.  El Poder convirtió así a los calendarios en materia de persecución.  Todo el abajo es culpable: por ser mujer, por ser niñ@, por ser joven, por ser adulto, por ser ancian@, por ser human@.
  Pero, al expandir la explotación, el despojo, la represión y la discriminación, el Poder también amplió las resistencias… y las rebeldías.
  Vimos entonces, y ahora, levantarse la mirada de muchas, muchos, muchoas.  Diferentes pero semejantes en la rabia y la insumisión.
  El Poder sabe que sólo es lo que es sobre quienes trabajan.  Los necesita.
  A cada rebelión respondió y responde comprando o engañando a los menos, encarcelando y asesinando a los más.  No teme sus demandas, es su ejemplo el que le causa horror.
  No bastó.  De dominar naciones, el Poder del Capital buscó poner a la humanidad entera bajo su pesado yugo.
  Tampoco fue suficiente.  El Capital pretende ahora manejar a la naturaleza, domarla, domesticarla, explotarla.  Es decir, destruirla.
  Siempre con la guerra, en su avance destructor el Capital, el Poder, demolió primero feudos y reinos.  Y sobre sus ruinas levantó naciones.
  Luego devastó naciones, y sobre sus escombros erigió el nuevo orden mundial: un gran mercado.
  El mundo entero se convirtió en un inmenso almacén de mercancías.  Todo se vende y se compra: las aguas, los vientos, la tierra, las plantas y los animales, los gobiernos, el conocimiento, la diversión, el deseo, el amor, el odio, la gente.
  Pero en el gran mercado del Capital no sólo se intercambian mercancías.  La “libertad económica” es sólo un espejismo que simula acuerdo mutuo entre quien vende y quien compra.  En realidad, el mercado se basa en el despojo y la explotación.  El intercambio es entonces de impunidades.  La justicia se transformó en una caricatura grotesca y en su balanza siempre pesa más el dinero que la verdad.  Y la estabilidad de esa tragedia llamada Capitalismo depende de la represión y el desprecio.
  Pero no bastó tampoco.  Dominar en el mundo material no es posible si no se domina en las ideas.  La imposición con religiones se profundizó y alcanzó a las artes y las ciencias.  Como modas de vestir, surgieron y surgen filosofías y creencias.  Las ciencias y las artes dejaron de ser lo distintivo de lo humano y se acomodaron en un estante del supermercado mundial.  El conocimiento pasó a ser propiedad privada, lo mismo que la recreación y el placer.
 El Capital, así, se consolidó como una gran máquina trituradora, usando ya no sólo a la humanidad entera como materia prima para producir mercancías, también a los conocimientos, a las artes, … y a la naturaleza.
  La destrucción del planeta, los millones de desplazados, el auge del crimen, el desempleo, la miseria, la debilidad de los gobiernos, las guerras por venir, no son producto de los excesos del Capital, o de una conducción errónea de un sistema que prometió orden, progreso, paz y prosperidad.
  No, todas las desgracias son la esencia del sistema.  De ellas se alimenta, a costa de ellas crece.
  La destrucción y la muerte son el combustible de la gran máquina del Capital.
  Y fueron, son y serán inútiles los esfuerzos por “racionalizar” su funcionamiento, por “humanizarlo”.  Lo irracional y lo inhumano son sus piezas claves.  No hay arreglo posible.  No lo hubo antes.  Y ahora ya tampoco se puede atenuar su paso criminal.
  La única forma de detener la máquina es destruirla.
  En la guerra mundial actual, la disputa es entre el sistema y la humanidad.
  Por eso la lucha anticapitalista es una lucha por la humanidad.
  Quienes todavía pretenden “arreglar” o “salvar” al sistema, en realidad nos proponen el suicidio masivo, global, como sacrificio póstumo al Poder.
  Pero en el sistema no hay solución.
  Y no bastan ni el horror, ni la condena, ni la resignación, ni la esperanza en que ya pasó lo peor y las cosas no harán sino mejorar.
  No.  Lo cierto es que se va poner peor.
  Por esas razones, más las que cada quien agregue de sus particulares calendarios y geografías, es que hay que resistir, hay que rebelarse, hay que decir “no”, hay que luchar, hay que organizarse.
  Por eso hay que levantar el viento de abajo con resistencia y rebeldía, con organización.
  Sólo así podremos sobrevivir.  Sólo así será posible vivir.
  Y sólo entonces, como fue nuestra palabra hace 25 años, podremos ver que…
“Cuando amaine la tormenta,
 cuando la lluvia y fuego dejen en paz otra vez la tierra,
 el mundo ya no será el mundo, sino algo mejor.”
-*-
La guerra y los muros de afuera y de adentro.
  Si antes el sufrimiento causado por la guerra era patrimonio exclusivo del abajo mundial, ahora ensancha sus calamidades.
  Sobre cada rincón del planeta, el odio y el desprecio pretenden destruir familias, comunidades enteras, naciones, continentes.  No es necesario ya haber cometido un delito o ser presunto criminal, basta ser sospechoso de ser humano.
  Provocada por la codicia del gran dinero, la pesadilla actual pretende ser cobrada a quienes la padecen.  Las fronteras ya no sólo son líneas punteadas en los mapas y garitas aduanales, ahora son murallas de ejércitos y policías, de cemento y ladrillos, de leyes y persecuciones.  En todo el mundo de arriba, la caza del ser humano se incrementa y se festina en competencias clandestinas: gana quien más expulse, encarcele, confine, asesine.
  Como llevamos diciendo desde hace más de 20 años, la globalización neoliberal no trajo el surgimiento de la aldea planetaria, sino la fragmentación y disolución de los llamados “Estados-nación”.  Llamamos entonces, y ahora, a ese proceso con el nombre que mejor lo describe: “guerra mundial” (la cuarta, según nosotr@s).
  Lo único que se mundializó fue el mercado y, con él, la guerra.
  Para quienes hacen funcionar las máquinas y hacen nacer a la tierra, las fronteras siguieron y siguen siendo lo que siempre han sido: cárceles.
  Nuestra afirmación provocó entonces, hace dos décadas, sonrisas burlonas de la intelectualidad internacional encadenada a viejos y caducos dogmas.  Y esos mismos hoy tartamudean ante una realidad frenética, y, o ensayan viejas recetas, o se mudan a la idea de moda que, tras una compleja elaboración teórica, esconde lo único verdadero: no tienen ni la más remota idea de lo que pasa, ni de lo que sigue, ni de lo que antecedió a la pesadilla actual.
  Se lamentan.  El pensamiento de arriba les prometió un mundo sin fronteras, y su resultado es un planeta atiborrado de trincheras chovinistas.
  El mundo no se transformó en una gigantesca megalópolis sin fronteras, sino en un gran mar sacudido por una tempestad que no tiene precedentes de igual magnitud.  En él, millones de desplazados (a quienes, con rubor mediático, se les unifica bajo el nombre de “migrantes”) naufragan en pequeñas barcas, esperando ser rescatados por el gigantesco navío del gran Capital.
  Pero no sólo no lo hará; él, el gran Capital, es el principal responsable de la tormenta que amenaza ya la existencia de la humanidad entera.
  Con el torpe disfraz del nacionalismo fascista, los tiempos del oscurantismo más retrógrada vuelven reclamando privilegios y atenciones.  Cansado de gobernar desde las sombras, el gran Capital desmonta las mentiras de la “ciudadanía” y la “igualdad” frente a la ley y el mercado.
  La bandera de “libertad, igualdad y fraternidad” con la que el capitalismo vistió su paso a sistema dominante en el mundo, es ya sólo un trapo sucio y desechado en el basurero de la historia de arriba.
  Al fin el sistema se desemboza y muestra sus verdaderos rostro y vocación.  “Guerra siempre, guerra en todas partes”, reza el emblema del soberbio buque que navega en un mar de sangre y mierda.  Es el dinero y no la inteligencia artificial la que combate a la humanidad en la batalla decisiva: la de la supervivencia.
  Nadie está a salvo.  Ni el ingenuo capitalista nacional, que soñaba con la bonanza que le ofrecían los mercados mundiales abiertos, ni la conservadora clase media sobreviviendo entre el sueño de ser poderosa y la realidad de ser rebaño del pastor en turno.
  Y ni hablar de la clase trabajadora del campo y la ciudad, en condiciones más difíciles si posible fuera.
  Y, para completar la imagen apocalíptica, millones de desplazados y migrantes agolpándose en las fronteras que, de pronto, se volvieron tan reales como los muros que, a cada paso, interponen gobiernos y criminales.  En la geografía mundial de los medios de comunicación y las redes sociales, los desplazados, fantasmas errantes sin nombre ni rostro, apenas son un número estadístico que muta su ubicación.
  ¿El calendario?  Apenas un día después de la promesa del fin de la historia, de la solemne declaración de la supremacía de un sistema que otorgaría bienestar a quien trabajara, de la victoria sobre el “enemigo comunista” que pretendía coartar la libertad, imponer dictaduras y generar pobreza, de la eternidad prometida que anulaba todas las genealogías.  El mismo calendario que anunciaba apenas ayer que la historia mundial recién empezaba.  Y resulta que no, que todo no era sino el preludio de la más espantosa pesadilla.
  El capitalismo como sistema mundial colapsa, y, desesperados, los grandes capitanes no atinan a dónde ir.  Por eso se repliegan a sus guaridas de origen.
  Ofrecen lo imposible: la salvación local contra la catástrofe mundial.  Y la pamplina se vende bien entre una clase media que se difumina con los de abajo en sus ingresos, pero pretende suplir sus carencias económicas con refrendos de raza, credo, color y sexo.  La salvación de arriba es anglosajona, blanca, creyente y masculina.
  Y ahora, quienes vivían de las migajas que caían de las mesas de los grandes capitales, ven desesperados cómo también contra ellos se levantan los muros.  Y, el colmo, pretenden encabezar la oposición a esa política guerrera.  Así vemos a la derecha intelectual hacer gestos de contrariedad e intentar tímidas y ridículas protestas.  Porque no, la globalización no fue el triunfo de la libertad.  Fue y es la etapa actual de la tiranía y la esclavitud.
  Las Naciones ya no lo son, aunque aún no se hayan percatado de ello sus respectivos gobiernos.  Sus banderas y emblemas nacionales lucen raídos y descoloridos.  Destruidos por la globalización de arriba, enfermos por el parásito del Capital y con la corrupción como única señal de identidad, con torpe premura los gobiernos nacionales pretenden resguardarse a sí mismos e intentar la reconstrucción imposible de lo que alguna vez fueron.
  En el compartimento estanco de sus murallas y aduanas, el sistema droga a la medianía social con el opio de un nacionalismo reaccionario y nostálgico, con la xenofobia, el racismo, el sexismo y la homofobia como plan de salvación.
  Las fronteras se multiplican dentro de cada territorio, no sólo las que pintan los mapas.  También y, sobre todo, las que levantan la corrupción y el crimen hecho gobierno.
  La bonanza posmoderna no era sino un globo inflado por el capital financiero.  Y vino la realidad a pincharla: millones de desplazados por la gran guerra llenan las tierras y las aguas, se amontonan en las aduanas y van haciendo grietas en los muros hechos y por hacer.  Alentados antes por el gran Capital, los fundamentalismos encuentran tierra fértil para sus propuestas de unificación: “del terror nacerá un solo pensamiento, el nuestro”.  Después de ser alimentada con dólares, la bestia del terrorismo amenaza la casa de su creador.
  Y, lo mismo en la Unión Americana, que en la Europa Occidental o en la Rusia neo zarista, la bestia se retuerce e intenta protegerse a sí misma.  Encumbra ahí (y no sólo ahí) a la estupidez y la ignorancia más ramplonas y, en sus figuras gobernantes, sintetiza su propuesta: “volvamos al pasado”.
  Pero no, América no volverá a ser grande de nuevo.  Nunca más.  Ni el sistema entero en su conjunto.  No importa qué hagan los de arriba.  El sistema llegó ya al punto de no retorno.
-*-
Contra el Capital y sus muros: todas las grietas.
  La ofensiva internacional del Capital en contra de las diferencias raciales y nacionales, promoviendo la construcción de muros culturales, jurídicos y de cemento y acero, busca reducir más aún el planeta.  Pretenden crear así un mundo donde sólo quepan los que arriba son iguales entre sí.
  Sonará ridículo, pero así es: para enfrentar la tormenta el sistema no busca construir techos para guarecerse, sino muros detrás de los cuales esconderse.
  Esta nueva etapa de la guerra del Capital en contra de la Humanidad debe enfrentarse sí, con resistencia y rebeldía organizadas, pero también con la solidaridad y el apoyo a quienes ven atacadas sus vidas, libertades y bienes.
  Por eso:
  Considerando que el sistema es incapaz de frenar la destrucción.
  Considerando que, abajo y a la izquierda, no debe haber cabida para el conformismo y la resignación.
  Considerando que es momento de organizarse para luchar y es su tiempo de decir “NO” a la pesadilla que desde arriba nos imponen.
LA COMISIÓN SEXTA DEL EZLN Y LAS BASES DE APOYO ZAPATISTAS CONVOCAMOS:
I.- A la campaña mundial:
Frente a los muros del Capital:
la resistencia, la rebeldía, la solidaridad y el apoyo de abajo y a la izquierda.
  Con el objetivo de llamar a la organización y la resistencia mundial frente a la agresividad de los grandes dineros y sus respectivos capataces en el planeta, y que aterroriza ya a millones de personas en todo el mundo:
  Llamamos a organizarse con autonomía, a resistir y rebelarse contra las persecuciones, detenciones y deportaciones.  Si alguien se tiene que ir, que sean ellos, los de arriba.  Cada ser humano tiene derecho a una existencia libre y digna en el lugar que mejor le parezca, y tiene el derecho a luchar para seguir ahí.  La resistencia a las detenciones, desalojos y expulsiones son un deber, así como deber es apoyar a quienes se rebelan contra esas arbitrariedades SIN IMPORTAR LAS FRONTERAS.
  Hay que hacerle saber a toda esa gente que no está sola, que su dolor y su rabia es vista aún a la distancia, que su resistencia no es sólo saludada, también es apoyada así sea con nuestras pequeñas posibilidades.
  Hay que organizarse.  Hay que resistir.  Hay que decir “NO” a las persecuciones, a las expulsiones, a las cárceles, a los muros, a las fronteras.  Y hay que decir “NO” a los malos gobiernos nacionales que han sido y son cómplices de esa política de terror, destrucción y muerte.  De arriba no vendrán las soluciones, porque ahí se parieron los problemas.
  Por eso llamamos a la Sexta en su conjunto a que se organice, según su tiempo, modo y geografía, para apoyar en y con actividades a quienes resisten y se rebelan contra las expulsiones.  Sea apoyándolos para que regresen a sus hogares, sea creando “santuarios” o apoyando los ya existentes, sea con asesorías y apoyos legales, sea con paga, sea con las artes y las ciencias, sea con festivales y movilizaciones, sea con boicots comerciales y mediáticos, sea en el espacio cibernético, sea donde sea y como sea.  En todos los espacios donde nos movamos es nuestro deber apoyar y solidarizarnos.
  Llegó el momento de crear comités de solidaridad con la humanidad criminalizada y perseguida.  Hoy, más que nunca antes, su casa es también nuestra casa.
  Como zapatistas que somos, nuestra fuerza es pequeña y, aunque es amplio y hondo nuestro calendario, nuestra geografía es limitada.
  Por eso y para apoyar a quienes resisten a las detenciones y deportaciones, desde hace varias semanas la Comisión Sexta del EZLN ha iniciado contactos con individu@s, grupos, colectivos y organizaciones adherentes a la Sexta en el mundo, para ver el modo de hacerles llegar una pequeña ayuda de modo que les sirva como base para lanzar o continuar toda suerte de actividades y acciones a favor de l@s perseguid@s.
  Para iniciar, les enviaremos las obras artísticas creadas por l@s indígenas zapatistas para el CompArte del año pasado, así como café orgánico producido por las comunidades indígenas zapatistas en las montañas del sureste mexicano, para que, con su venta, realicen actividades artísticas y culturales para concretar el apoyo y la solidaridad con los migrantes y desplazados que, en todo el mundo, ven amenazadas su vida, libertad y bienes por las campañas xenofóbicas promovidas por los gobiernos y la ultra derecha en el mundo.
  Eso por lo pronto.  Ya iremos ideando nuevas formas de apoyo y solidaridad.  Las mujeres, hombres, niños y ancianos zapatistas no les dejaremos sol@s.
II.- Invitamos también a toda la Sexta y a quien se interese, al seminario de reflexión crítica “LOS MUROS DEL CAPITAL, LAS GRIETAS DE LA IZQUIERDA” a celebrarse los días del 12 al 15 de abril del 2017, en las instalaciones del CIDECI-UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.  Participan:

Don Pablo González Casanova.
María de Jesús Patricio Martínez (CNI).
Paulina Fernández C.
Alicia Castellanos.
Magdalena Gómez.
Gilberto López y Rivas.
Luis Hernández Navarro.
Carlos Aguirre Rojas.
Arturo Anguiano.
Sergio Rodríguez Lascano.
Christian Chávez (CNI).
Carlos González (CNI).
Comisión Sexta del EZLN.

Próximamente daremos más detalles.
III.- Convocamos a tod@s l@s artistas a la segunda edición del “CompArte por la Humanidad” con el tema: “Contra el Capital y sus muros: todas las artes” a celebrarse en todo el mundo y en el espacio cibernético.  La parte “real” será en fechas del 23 al 29 de julio del 2017 en el caracol de Oventik y el CIDECI-UniTierra.  La edición virtual será del 1 al 12 de agosto del 2017 en la red.  Próximamente daremos más detalles.
IV.- También les pedimos estar atent@s a las actividades a las que convoque el Congreso Nacional Indígena, como parte de su proceso propio de conformación del Concejo Indígena de Gobierno.
V.- Convocamos a l@s científic@s del mundo a la segunda edición del “ConCiencias por la Humanidad” con el tema: “Las ciencias frente al muro”.  A celebrarse del 26 al 30 de diciembre del 2017 en el CIDECI-UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, y en el espacio cibernético.  Próximamente daremos más detalles.
No es todo.  Hay que resistir, hay que rebelarse, hay que luchar, hay que organizarse.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Moisés.    Subcomandante Insurgente Galeano.
México, febrero 14 (también día de nuestr@s muert@s) del 2017.

11 comentarios:

  1. Estoy lista y feliz para participar en el próximo CompArte !

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  2. Tribunal Popular
    Juzga
    A los crímenes del capitalismo

    La historia del modo de producción capitalista es la historia de una guerra cada vez más total y permanente. Es verdad que la barbarie nunca fue privilegio del Capital, como decía Marx, “Hasta hoy la violencia, la guerra, el saqueo, el asesinato seguido de robo y así por delante fueron transformados en fuerza motriz de la historia”. Sin embargo, surgido en Europa en el medio del siglo XV, rápidamente se ha consolidado como el sistema de relaciones económicas y políticas definitivamente exterminadoras de la naturaleza y de la humanidad. El desarrollo de las rutas comerciales sumado a los avances tecno-científicos ha viabilizado materialmente las Grandes Navegaciones, confiriendo al sistema carácter mundializado, bajo el comando de la empresa colonialista. De aquí, a lo largo de poco más de cinco siglos, el genocidio, el etnocidio, el despojo, las coerción, la explotación y la esclavitud pura y simple toman escalas jamás vistas.
    El capitalismo, llevado a cabo en los primeros años por pequeñas, pero cada vez más poderosas elites, la burguesía emergente, principalmente la que estaba conectada con el capital comercial y usurero, en alianza con sectores de la aristocracia feudal, rápidamente se ha consolidado y se ha legitimado internacional como el único modo de organización social posible y supuestamente deseable. En los siglos que siguieron, el proyecto burgués de civilización ha destruido y ha sometido los más diferentes pueblos, en las más diversas regiones del planeta, impulsado por la necesidad de acumulación infinita de todo y cualquier recurso – material o inmaterial, objetivo y subjetivo – e, conforme avanzó el capital e industrial, redujo seres humanos a trabajadores desechables, a penas apéndices de la producción, sea como esclavos en las colonias, sea como obreros en las fábricas. Los efectos de ese movimiento avasallador de conquista se encuentra hoy más claros que en cualquier momento de la historia; la capacidad de convertir cualquier forma de existencia en riqueza y supremacía bélica transformó la Grande Burguesía del siglo XXI en un especie de casta transnacional, oligarquía compuesta por lo menos de 1% de la población mundial que concentra la mayor parte de la riqueza planetaria. Según estudio

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  3. reciente de la Oxfam, apenas 8 individuos poseen tanta riqueza cuanto la mitad más pobre de la humanidad. En Brasil, 6 individuos poseen tanta riqueza cuanto 100 millones de brasileños, eso es, mitad de la población.
    Es imposible dimensionar los daños y los sufrimientos producidos por los siglos de capitalismo. Apenas en Congo “belga”, fueron 10 millones de muertes e incontables mutilados; en Estado Unidos, se estima que la población nativa fue diezmada en 25 millones; sumadas a las dos Grandes Guerras Mundiales, casi 100 millones de trabajadores simplemente dejaron de existir.
    Sin embargo, no fueron las resistencias que incontables seres humanos desencadenaron, heroicamente, en el sentido de defender su propia sobrevivencia, sus modos de vivir y relacionarse con la naturaleza y sus semejantes – tradiciones de lucha de valor inestimable, muchas suyas aún presentes en el cotidiano y en la memoria de los oprimidos, en la ciudad y en el campo, en todos los continentes. Como se sabe, una de las características más decisivas del Capital fue la estandarización de los pueblos y culturas, sometiendo todos a un violento proceso de despojo y proletarización.
    Aunque haya una actual fragilidad de las resistencias de las trabajadoras y trabajadores rurales y urbanos, así como de los pueblos originarios, es hecho que los oprimidos no cayeron definitivamente derrotados y que su guerra también es histórica y permanente. El despojo forzado de la tierra por la expansión geográfica del Capital trae por contigüidad una historia de resistencia de los que de ella siempre vivieron, de las luchas amerindias que se han iniciado con la invasión colonizadora europea al bandidismo social italiano; del “cangaço sertanejo” brasileño a la lucha revolucionaria indígena liderada por Zapata en México en 1910; de la revolución en Etiopia a la resistencia palestina; de la vitoria vietnamita contra el ejército a la Comuna de Paria.
    La conciencia profunda de la clase oprimida demuestra que siempre hubo valor para actualizaciones. Las experiencias del Ejército Zapatista de Libertación Nacional (EZLN), do Yekîneyên Parastina Gel (YPG) en Rojava, entre tantas otras iniciativas, despuntan en la contemporaneidad como verdaderos emblemas de la lucha de clases (y de las luchas de liberación anti-imperialistas) que, en la perspectiva de los condenados de la tierra, jamás dejó de existir. Eso es relativo a un acto valiente y organizado de los que deciden no

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  4. someterse. Por el contrario, buscan el derecho a su autodeterminación y de vivir su sociabilidad de la forma que eligieron, estableciendo otro tipo de relación con sus necesidades materiales, diferentes de la que el Capital quiso imponer – reconfigurando el entendimiento del femenino y del masculino, del justo e injusto, de la ciencia y del mito, de la propiedad privada y del bien universal.
    El año de 2017 marca el centenario de la Revolución Rusa y, para nosotros brasileños, también el centenario de la Huelga General en el Estado de São Paulo – que inaugura en Brasil las luchas de los trabajadores obreros contra la explotación promovida por los industriales en ascensión. Por otro lado, desde el fatídico atentado de 11 de septiembre de 2001, jamás la Humanidad se vio tan desamparada frente a su propio futuro – al borde de una Tercera Guerra Mundial, aunque no declara, hay todos los indicios de que ya se encuentra en curso.
    El fascismo – consolidado como instrumento del Capital desde la década de 20 del siglo pasado – es un fenómeno que intensifica en escala global, politizado bajo nueva ropaje, y, posiblemente, con potencial destructivo aún mayor. Bajo la mirada de la burguesía internacional, nada más eficiente de que animar como técnica de control político y social una verdadera guerra de todos contra todos, entre lo de abajo (xenofobia, homofobia, machismo, racismo, competencia feroz en el mundo del trabajo y toda suerte de desintegración de las relaciones humanas).
    No obstante, el momento es más de que oportuno para que los oprimidos de todo el mundo refuercen aún más sus enlaces de solidaridad, comparten sus experiencias y conocimientos, multipliquen sus insurgencias. Nutridos por la historia que se mueve de abajo para arriba, es urgente revigorarnos por el aire que solo la autocrítica severa e implacable será capaz de proporcionar.
    El neoliberalismo vigente a partir de 1970 ha llegado en la crisis de 2008, un colapso no apenas económico y político, pero aún más humanitario – cuya dimensión globalizado permanece hasta ahora desencadenando una serie de ataques a los 99%. ¿Quién sería? Pues sí, la grande mayoría: los expropiados de la tierra y los enajenados del trabajo, de todas las etnias, con todas las sexualidades, y en todos los rincones, destituidos de la dignidad y de la libertad de vivir en común.

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  5. Tradicional en la periferia del mundo, la rebelión retornó al centro. Importantes movidas vienen se multiplicando justamente en los polos de acumulación global (Occupy Wall Street, Ferguson y Baltimore y, más recientemente, fuerte como las rocas, los Sioux, por ejemplo, todos insurgentes dentro del propio espacio territorial del Imperio). El Apocalipse retornó al orden del día, pero su anuncio, tan recurrente, nunca fue necesariamente sinónimo de derrota. Junto a la energía de los oprimidos, hay la rebelión de la Naturaleza, indescifrable, pero nítida y cruel, despejando heleras en el océano, alterando el clima, amenazando la propia vida humana en la faz de la Tierra.
    Es por eso que convocamos al Tribunal Popular del Capitalismo. Con la participación de guerreras y guerreros de todos los continentes, vamos a someter al juicio de los pueblos todas las violaciones del Capital. El material producido por ese juicio pretende contribuir para la elaboración de síntesis a partir de los deseos y sueños de los oprimidos. Es legítimo luchar por un modo de producción que no sea contrario a la vida colectiva y que al mismo tiempo junté la dimensión múltiple y diversa de las culturas e individuos. Aspiramos por relaciones que permitan a la cooperación y a la alianza fraterna entre todos, a la preservación de la naturaleza y al uso consciente de sus riquezas, así como a la distribución igualitaria de todo lo que sea necesario para la manutención de la existencia de cada ser humano, ser vivo o ecosistema.
    ¿Más como un intento de Confederación de los Oprimidos, unidos por una nueva utopía?
    Pensamos diferente: la lucha de clases es una construcción histórica y, sin duda alguna, el fortalecimiento de una Confederación se hace necesaria contra la deshumanización y la barbarie impuestas por los dueños del poder.
    El Tribunal Popular, junto con Movimientos, Partidos, Colectivos, Sindicatos, Luchadoras y Luchadores del mundo todo, en nombre de un proyecto común de Humanidad, se coloca en sesión permanente. Es articulando, recordando, debatiendo, cantando, oyendo, viendo, acumulando – siempre colectivamente – que destruiremos las bases que habrán de posibilitar el juicio de los crímenes cometidos por el Sistema Capitalista. ¡A los presentes (entre muertos y heridos), y a los vendrán, hasta la victoria siempre!


    Correo electrónico de contacto: tribunalpopular2010@gmail.com


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  6. Me da mucha esperanza leerl@s... soy de Tuxtla, estudio en Argentina(posgrado en educación, pedagógicas críticas y problemáticas socioeducatirvas ) y me quisiera unir para lo que necesiten por aquí. Para lo que pueda aportar en general... mi contacto es : lulaluciernaga2010@hotmail.com
    Si pudieran pasarme algún correo para escribirles se los agradecería mucho mucho.
    Abrazos y fuerza.

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  7. hola! una duda para ir al Seminario de “LOS MUROS DEL CAPITAL, LAS GRIETAS DE LA IZQUIERDA" uno se tiene que inscribir? o solo llego al lugar? casi que voy sola, así que si me pueden responde para ver que hago, si me animo o no....gracias!

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  8. hola! si quiero ir al Seminario de “LOS MUROS DEL CAPITAL, LAS GRIETAS DE LA IZQUIERDA" me tengo que inscribir?? gracias!!!

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    1. saludos, al parecer no es necesario inscribirse, pronto se publicara mas informacion al respeto

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  9. desde argentina un gran y profundo abrazo a las comunidades zapatistas y al heroico EZLN, ¡¡¡PARA TODOS TODO, PARA NOSOTROS, LA ALEGRE REBELDÍA!!!!

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  10. ...Queridos ZAPATISTAS: Ese 'american dream' encerrado en los MUROS DEL CAPITAL es una utopía, una falacia y un atentado contra la humanidad, la ecología, la decencia, y una zancadilla contra la PACHA MAMA...¡Abajo todos los muros, fronteras y talanqueras a la libre circulación...que el libre tráfico no sea sólo para sus grandes capitales y mercancías, sino para todos los hombres y mujeres del planeta: TODO PARA TODOS...Y QUE EN ESTE MUNDO QUEPAN TODOS LOS MUNDOS¡ Adelante Zapatistas les alentamos desde la indianidad en las montañas de Colombia...vuestros hermanos en cuerpo y alma en vuestra lucha...

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