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viernes, 8 de marzo de 2019

Pronunciamiento de las 3a asamblea del CNI / CIG / EZLN: "Samir Vive! La lucha Sigue"

¡SAMIR VIVE, LA LUCHA SIGUE!
PRONUNCIAMIENTO DE LA TERCERA ASAMBLEA NACIONAL DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, EL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO Y EL EZLN.
A los pueblos del mundo
A las organizaciones y colectivos en resistencia y rebeldía
A las redes de resistencia y rebeldía
A la sexta nacional e internacional
A los medios de comunicación





A casi 100 años del asesinato del general Emiliano Zapata, estando reunidos los pueblos ayuuk, binizza, chinanteco, chol, chontal, guarijío, maya, mayo, mazahua, mazateco, mixteco, nahua, nayeri, otomí, popoluca, purépecha, raramuri, tepehuano, tlapaneco, tojolabal, totonaco, tzeltal, tsotsil, wixárika, yaqui, zoque y quichua (Ecuador) para celebrar la Tercera Asamblea Nacional del Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno, nos encontramos en el dolor y la rabia ante la guerra en contra de nuestros pueblos, ante el asesinato del compañero Samir, muerto por defender a la tierra y a su pueblo. Desde nuestra asamblea nacional enviamos un abrazo solidario y combativo a su familia y a la comunidad de Amilcingo, Morelos. Les enviamos un abrazo fraterno del CNI-CIG y el EZLN, donde el compañero siempre será una vela encendida.
A Samir lo mató el régimen neoliberal; no sabemos si el gobierno, si los empresarios, si sus cárteles delincuenciales, o, si los tres juntos. Los ofrecimientos hechos por AMLO, no a los de abajo, sino a los dueños del dinero y del poder, las veladas amenazas en contra de quienes defendemos la vida, sentaron las bases del artero asesinato. Es, en el caso del nuevo titular del ejecutivo federal, la promesa de entregar a los grandes empresarios y a las cúpulas militares lo que no han podido quitarnos el capitalismo neoliberal y sus malos gobiernos que entran y salen.
Ofrece a los empresarios poner a su disposición la tierra con la supuesta nueva Ley de Desarrollo Agrario, para terminar de desmantelar la propiedad y organización colectivas, llamando “desarrollo” al robo descarado y a la destrucción, amenazando militarmente a nuestros pueblos con su Guardia Nacional y reconfigurando nuestro país.
Lo que arriba llaman “transformaciones”, para nuestros pueblos siempre han significado que nosotros ponemos los muertos en función de los intereses de las oligarquías y de los que tienen el poder, que son cada vez más poquitos y grandes, que no dejan de vivir de la opresión, explotación, y destrucción por los mismos de siempre.
La llamada “Cuarta Transformación” sigue el mismo camino de sus 3 predecesoras, aunque con más brutalidad y cinismo si posible fuera.
En la guerra de Independencia fueron los explotadores locales, hijos de los invasores europeos, quienes tomaron el poder y se repartieron nuestras tierras, tratando de invisibilizar la existencia de nuestros pueblos sobre la base del discurso liberal que hasta el día de hoy es el discurso del Poder.
En la Reforma nuestras tierras comunales, sagradas para nosotros, fueron proscritas para entregarlas a los mismos saqueadores; las leyes de Reforma y las posteriores leyes de baldíos y colonización propiciaron el crecimiento de las grandes haciendas bajo el régimen porfiriano.
Durante la Revolución Mexicana, mientras arriba se repartieron el poder político, abajo con nuestra sangre defendimos y regamos la tierra. Mientras Madero y Carranza traicionaban y asesinaban a Zapata, nuestros pueblos exigían una radical y profunda transformación social y agraria que nunca llegó.
Así, en cada “transformación” se acrecentaron y recrudecieron la explotación, el despojo, la discriminación y el desprecio contra nuestros pueblos.
No tenemos duda que esta nueva etapa de gobierno profundiza el neoliberalismo y la integración forzada de nuestro país a la órbita imperial de Estados Unidos, pues se ha comprometido fielmente a dar continuidad a las políticas macroeconómicas de los anteriores gobiernos, estableciendo una austeridad y restricciones fiscales que no se veían desde el gobierno de Miguel de la Madrid; garantizando la autonomía del Banco de México, el respeto a las inversiones extranjeras y el impulso del libre comercio.
Va contra nosotros y nuestros territorios, va por el exterminio de nuestros pueblos en cada rincón, y para ello tiende una guerra que sufrimos hoy con luto y coraje. Nos vemos en esta asamblea general, y en el conjunto de nuestros dolores vemos que es una guerra hecha de muchas guerras funcionando de forma integral, como si fuera una sola.
Es hoy Francisco I. Madero, quien traicionó a Zapata, el mayor inspirador del discurso del nuevo ejecutivo federal, admirador del desarrollismo liberal y neoliberal que está exterminando a nuestros pueblos.
En realidad, la autodenominada “Cuarta Transformación” inició con Miguel de la Madrid Hurtado, se profundizó con Carlos Salinas de Gortari, siguió su guerra de conquista con Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto; y ahora continúa con el proyecto transexenal de Andrés Manuel López Obrador y el Partido Movimiento de Regeneración Nacional. Para los pueblos originarios el único “cambio verdadero” es el aumento de las mentiras, los engaños, las persecuciones, las amenazas, los encarcelamientos, el despojo, los asesinatos, las burlas y desprecios, la explotación humana y la destrucción de la naturaleza; en suma: el aniquilamiento de la vida colectiva que somos.
Eso que necesitan quienes orquestan la destrucción del mundo lo tenemos los pueblos, y lo vamos a defender de su transformación capitalista con nuestra resistencia y rebeldía, aunque, como lo estamos viendo, nos enfrentemos a la trama militar de dominación y represión que tiene al capital como estandarte, que lo mismo recurre a cuerpos policiacos, militares, grupos de choque, carteles de la droga y paramilitares.
El mal gobierno federal se para sobre los estragos dejados por décadas de neoliberalismo, profundizando el desprecio y el racismo para poder despojar a los pueblos originarios. Busca la indiferencia y a ella se dirige para preguntarle si está o no de acuerdo en la destrucción a la que viste de “progreso”. O sea, sus supuestas consultas no son más que la cosecha del odio y el miedo dejados por el capitalismo neoliberal. Esa cosecha es llamada “democracia”.
Ante todos los proyectos encaminados al despojo y la destrucción de nuestros territorios y culturas, manifestamos que las consultas ciudadanas, populares, e incluso las que se organicen bajo el amparo del Convenio 169 de la OIT, tienen como fin convalidar dichos megaproyectos y revestirlos de una falsa legitimidad.
Denunciamos que las consultas que el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas organiza actualmente en torno al Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024, el Tren Maya o el Corredor Transísmico son una simulación para su convalidación.
Nuestros pueblos, en ejercicio de sus derechos fundamentales de autonomía y territoriales dicen NO a las políticas y a los megaproyectos de despojo, muerte y destrucción, así como a las consultas que organizan los malos gobiernos para obtener el consentimiento de nuestros pueblos a dichas políticas y a dichos megaproyectos.
El gobierno neoliberal que encabeza Andrés Manuel López Obrador tiene su vista puesta en nuestros pueblos y territorios, donde, con el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, se tiende una red de cooptación y desorganización, que abre el camino a una guerra que tiene nombre industrial, hecha de proyectos y violencias, que, junto con las otras guerras y redes de guerra, expanden una oscura telaraña de muerte en los pueblos originarios del país.
El Proyecto Integral Morelos, por ejemplo, consta de 2 termoeléctricas, gasoductos y acueductos que buscan despojar de la tierra, agua, seguridad, salud, identidad y vida campesina a los pueblos indígenas nahuas del volcán Popocatépetl de los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala. La fuerza del Estado y de las empresas Elecnor, Enagas, Abengoa, Bonatti, CFE, Nissan, Burlington, Saint Gobain, Continental, Bridgestone y muchas más, ha impuesto este proyecto por medio de la violencia pública estatal, federal y el ejército, infundiendo terror en los pueblos a través de la tortura, la amenaza, el encarcelamiento, persecución judicial, cierre de radios comunitarias, y ahora el asesinato de nuestro hermano Samir Flores Soberanes.
Los neoliberales, primero con los delincuentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y ahora con Andrés Manuel López Obrador, buscan acabar con la resistencia de los pueblos que con razón y derecho decimos NO al Proyecto Integral Morelos. Sin embargo, el racismo sembrado por el desprecio capitalista, la desinformación y la desmemoria, vuelven a criminalizarnos. AMLO dijo, en 2014 y 2018, que estaría con los pueblos contra la termoeléctrica en Huexca. Hoy nos llama “radicales de izquierda” y “conservadores” señalando que es el dinero invertido en el proyecto la mayor razón para no parar la muerte que anuncia, sin importar el dolor y la rabia de nuestros pueblos.
Hoy, mañosamente se le nombra “democracia” a la mentira a la que llaman “consulta”, hecha en un marco de violencia, desinformación y desprestigio, sin importar siquiera el riesgo que el Gasoducto Morelos implica en zona de peligro del volcán sagrado del Popocatépetl, sin importar que acaben con el agua de riego de los ejidos de Ayala y contaminen el Río Cuautla. O sea, la vida no vale cuando se habla del gran capital.
En los pueblos mayas de los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, los sitios sagrados se están arrebatando a las comunidades para acrecentar las ganancias de empresas turísticas trasnacionales; haciendo una guerra en la que el mismo tren que transportará los frutos de la agroindustria transgénica, llevará la carne de las mega granjas porcícolas que destruyenlas aguas sagradas de los cenotes; el mismo que servirá para conectar a las zonas económicas especiales de Puerto Progreso y Campeche en la península, donde además imponen parques eólicos. Así mismo en los territorios indígenas de Tabasco y Chiapas, donde, además, esta guerra se hace red con los grupos represivos militares y paramilitares. Después, se hace una sola guerra con los megaproyectos desplegados en el territorio de los pueblos originarios del Istmo de Tehuantepec.
Mientras orquestan la transformación capitalista contra los pueblos mayas, la tierra está siendo robada a los pueblos, comprada por unos cuantos pesos y destruida por la explotación y contaminación transgénica en toda la región, fuertemente afectada por los agroquímicos.
En los pueblos originarios que habitan el Istmo de Tehuantepec, el mal gobierno capitalista anuncia la imposición del proyecto codiciado por los grandes capitales internacionales para el tránsito de sus mercancías y el saqueo de los bienes naturales y culturales del sur – sureste, donde habitamos un gran número de pueblos originarios, las principales selvas, bosques, ríos y la mayor zona de biodiversidad del país.
El mal gobierno capitalista usa las formas de imposición de los gobiernos anteriores para imponer este mega proyecto de muerte que pretende reactivar los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, interconectándolos por un tren de carga de alta velocidad para el transporte de mercancías de los grandes capitales que controlan el mundo. Es un neo porfirismo “transformado” con el ropaje de “progresista”.
Pretende convertir el Istmo en un muro de contención de la migración centroamericana y nacional a Estados Unidos, contratando a los migrantes con empleos precarios y mal pagados mediante la instalación de industrias maquiladoras, fábricas automotrices, la explotación forestal, megaproyectos energéticos, como los corredores eólicas, hidroeléctricos, así como la explotación de hidrocarburos mediante métodos convencionales y fracking, de explotación minera y de transporte de mercancías en toda la franja transístmica.
Este proyecto no es en beneficio de los pueblos, ni del país, ni transportará nuestros productos locales, sino que se trata de la entrega de nuestros territorios y nuestra vida al capitalismo internacional, liderado por Estados Unidos, de donde surgen redes de guerras para las que no hay muros ni contenciones.
La versión “Cuarta Transformación” del muro de Trump, no es sino una multiplicación de muros construidos desde la frontera con Guatemala y Belice hasta el Istmo mexicano. Estas murallas se edifican con los materiales producto de la destrucción de la naturaleza y de los pueblos originarios, y su “pegamento” es el despojo, la explotación, el desprecio y la represión.
En el centro del país, la expansión salvaje de la Ciudad de México está acompañada de desarrollos industriales y especulación agraria e inmobiliaria, que está llevando a la destrucción y despojo de una amplia zona. Con los trabajos en Texcoco por el NAICM fueron destruidos más de 100 cerros para extraer materiales con los que pretendieron matar al lago, provocando la afectación de las fuentes de agua de toda la región. Como alternativa del nuevo gobierno, el aeropuerto en la base militar de Santa Lucía, está acompañado del mismo despojo a los pueblos de los alrededores, a los que pretenden sumergir en la desgracia que nos aqueja por el gran capital.
Con preocupación observamos, por un lado, que la empresa PINFRA continúa las obras de la autopista México Tuxpan-Peñón Texcoco, en los terrenos del ejido de Nexquipayac, mientras que varias empresas pretenden continuar diversas obras del NAICM en Texcoco y actualmente realizan trabajos que no están debidamente explicados; por otro lado, el gobierno federal promete a los militares la administración y ganancias del nuevo aeropuerto en Santa Lucía. Son las cuotas a cambio de proteger el poder del gran capital en contra de nosotros los pueblos que nos organizamos para detener la guerra en cada rincón del país, apostando siemprepor la vida. Es por ello que el CNI- CIG, seguira luchando por la cancelación del proyecto del NAICM ya sea que pretendieran continuarlo en Texcoco o en Santa Lucía, como es la decisión del ejecutivo federal.
En dicho sentido y en ejercicio de nuestros derechos territoriales y autonomía decimos que estos megaproyectos se toparán de frente con la voluntad de nuestros pueblos.
El mal gobierno capitalista de López Obrador agudiza la guerra contra las mujeres de nuestro país, pues, con su apoyo redoblado a los poderosos, lleva al aumento de feminicidios, trata de mujeres, tortura y explotación. Por eso nosotras y nosotros del Congreso Nacional Indígena, del Concejo Indígena de Gobierno y del EZLN, pensamos que si nos organizamos las mujeres que luchamos en nuestros pueblos del campo y la ciudad, minaremos, hasta que se caiga, esa guerra del capital.
Abajo, en todas las geografías que somos los pueblos originarios, seguimos sembrando la autonomía, construimos y desplegamos el poder de abajo en lo que también son redes de redes, pero de resistencia y rebeldía, que son también los espejos no solo de los pueblos que somos el CNI – CIG y el EZLN, sino muchos otros y otras que siembran la esperanza y de las que es espejo ésta, nuestra tercera asamblea nacional.
En consecuencia, desde aquí, denunciamos la guerra abierta en contra de la digna lucha de la comunidad indígena nahua de Santa María Ostula, Michoacán, utilizando la fuerza represiva del mal gobierno en sus tres niveles, así como a los grupos de la delincuencia organizada, misma que es desplegada también por todo el territorio del país como herramienta de muerte en contra de nuestros pueblos y como justificación para la militarización y la creación de la Guardia Nacional.
Nos pronunciamos por el respeto pleno a la autonomía del ejido Tila, en el estado de Chiapas y condenamos las amenazas de despojo y represión hechas por el comisariado ejidal espurio con el apoyo de los malos gobiernos para la conformación de grupos de choque en contra de nuestros compañeros que han dado ejemplo de dignidad y organización.
Asimismo, por acuerdo de nuestra asamblea nacional, seguimos exigiendo la presentación con vida de nuestro compañero Sergio Rivera Hernández, quien fué desaparecido desde el pasado 23 de agosto de 2018 por su lucha en contra de la minera Autlán en la Sierra Negra de Puebla. Exigimos la cancelación del proyecto hidroeléctrico Coyolapa-Atzala y de la explotación minera en la Sierra Negra.
Exigimos la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y justicia para los compañeros asesinados.
Exigimos la cancelación de las concesiones mineras en todo el territorio nacional, que implican la destrucción en el estado de Oaxaca, Sierra Sur, en el territorio chontal por parte de la empresa Salamera, en la región de los Chimalapas, donde la misma empresa canadiense pretende actualmente ampliar sus concesiones, en el desierto de Wirikuta, San Luis Potosí, y en todo el país.
Hacemos un llamado para redoblar esfuerzos por la libertad de nuestro compañero Fidencio Aldama Pérez, del pueblo yaqui de Loma de Bácum, Sonora; y de nuestros compañeros Pedro Sánchez Berriozábal, Rómulo Arias Mireles y Teófilo Pérez González de la comunidad nahua de San Pedro Tlanixco, en el Estado de México, así como de todos los presos políticos de México.
Exigimos que cesen el hostigamiento y las amenazas en contra de nuestros hermanos y hermanas de la comunidad de Amilcingo, Morelos, desde donde brilla la luz que es nuestro hermano Samir, por parte de los tres niveles del mal gobierno que quieren imponer a toda costa el Proyecto Integral Morelos.
Exigimos la cancelación del proyectado parque eólico conocido como Gunaa Sicarú, de la empresa francesa EDF, en más de 4 mil hectáreas pertenecientes a los terrenos comunales de la comunidad binnizá de Unión Hidalgo y rechazamos la consulta que el gobierno pretende realizar para obtener el “consentimiento” a la misma. Asimismo exigimos la cancelación inmediata de los estudios de prosprección que realizan los espeleólogos pertenecientes al PESH (Espeleológico Sistema Huautla) en cuevas y cavernas del pueblo mazateco de Huautla sin autorización del mismo.
Llamamos a los pueblos originarios, a las redes y organizaciones que han apoyado al CIG-CNI, así como a los colectivos y organizaciones de trabajadores, de estudiantes, de mujeres, de campesinos y de jóvenes que luchan contra el capitalismo neoliberal, a crecer nuestras resistencias y rebeldías y a participar en la Asamblea Nacional entre los pueblos del Congreso Nacional Indígena y las organizaciones, redes y colectivos que en México y el mundo luchan y se organizan; así mismo al acto con motivo del centenario del asesinato del General Emiliano Zapata Salazar, los días 9 y 10 de abril del presente año en el estado de Morelos, donde diremos con claridad nuevamente:
¡SAMIR VIVE, VIVE, LA LUCHA SIGUE, SIGUE!
Atentamente
Desde la Tercera Asamblea Nacional del Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno.
A marzo de 2019
Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca Mas Un México Sin Nosotros
Congreso Nacional Indígena
Concejo Indígena de Gobierno
Ejército Zapatista de Liberación Nacional

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