Carta al Movimiento de Mujeres de Kurdistan Komalên Jinên Kurdistan (KJK),
San Cristóbal de las Casas, CIDECI–UNITIERRA,
Chiapas, México. Octubre de 2017
Al Movimiento de Mujeres de Kurdistan Komalên Jinên Kurdistan (KJK),
Compañeras y hermanas:
Nosotras, mujeres delegadas indígenas originarias de México, concejalas y la vocera del Concejo Indígena de Gobierno, de los pueblos amuzgo, tojolabal, ñahñu/ñatho, nahua, wixárika, tzeltal, maya, tohono odham, totonaco, binniza, tzotzil, guarijio, kumiai, chol, purépecha, mayo, rarámuri, tepehuano, me´phaa, popoluca, zoque, cochimi, coca, cora, yaqui, mam, mazahua, tenek, chinanteco, na savi, cuicateco, mixe, triqui, ikoots, chichimeca y mazateco, reunidas en asamblea del Congreso Nacional Indígena, espacio que desde hace 21 años enlaza a los pueblos originarios de México, les mandamos un fraternal saludo y les agradecemos de todo corazón la carta que nos hicieron llegar en el mes de junio pasado, con el abrazo y apoyo solidario y revolucionario que ahí manifiestan hacia nosotras las mujeres indígenas, hacia nosotros, los pueblos del Congreso Nacional Indígena.
Esta carta la hemos leído en muchas de nuestras asambleas comunitarias, la hemos compartido con muchas compañeras y compañeros, y queremos decirles que saber de su digna lucha y de su solidaridad, nos ha permitido reflejarnos en ustedes y nos ha fortalecido. Estamos lejos en distancia, pero tan cerca en nuestros ideales y prácticas libertarias. Junto con ustedes, nosotras decimos que en esta guerra contra la humanidad, nosotras las mujeres de los pueblos originarios estamos alzando nuestra voz y nos organizamos y caminamos por la liberación de nuestros pueblos y de nosotras las mujeres que somos la mitad de la comunidad humana
Reconocemos, valoramos su lucha porque toda lucha de cualquier mujer en cualquier parte del mundo en cualquier tiempo de la historia que lucha, se rebela y propone construir nuevos caminos de vida ante este monstruo patriarcal capitalista que nos oprime, es una lucha digna que debe hermanarnos. Creemos firmemente recuperar la importancia de pararnos nosotras las mujeres desde nuestra comunidad, no para pelearnos, sino para organizarnos con nuestros hermanos y nuestros pueblos.
Este sistema capitalista patriarcal de muerte nos coloca a las mujeres en el peor lugar, el más incómodo, el más olvidado y más reprimido y no es que solo nos hace daño a nosotras sino que también a nuestros hermanos; pero si la comunidad está mal, mas peor nos va a nosotras las mujeres.
En México, nosotras las mujeres del Congreso Nacional Indígena, vivimos un triple desprecio por ser mujeres, por ser indígenas y por ser pobres; por eso decimos que nosotras somos las más despreciadas y por esta razón también nosotras podemos detonar, unidas entre todas y todos en México y en el mundo, el fin de este sistema que nos aqueja y la construcción de uno nuevo, enraizado en nuestras culturas ancestrales y mirando hacia el futuro con justicia, paz y libertad en comunidad.
Vivimos en un mundo en el que triunfa la existencia individual y una privatización extrema amenazante a nuestros territorios, en que nos colonizan los pensamientos y nos venden la idea de vidas inalcanzables. Este sistema poco a poco ha ido avanzando, nos ha ido permeando, quitándonos nuestra identidad comunitaria y de pueblo, pero, nosotras las mujeres y los hombres indígenas de México integrados en el Congreso Nacional indígena decimos que ya basta; ya basta de que nuestra voz no sea tomada en cuenta, de que regresemos al olvido después del despertar generado por nuestras compañeras y compañeros zapatistas hace más de 20 años. Ahora decimos que es la hora del florecimiento de los pueblos y es la hora de la dignidad de las mujeres que nuevamente estamos dando voz a nuestras luchas y la seguiremos dando. Ante esta embestida del sistema capitalista que nos quiere exterminar, nosotras las mujeres indígenas decimos que no nos vamos a dejar y vamos a luchar; vamos a organizarnos con nuestras rebeldías y resistencias; vamos a hacer frente a este sistema que quiere vernos desaparecidas, desaparecidos, y seguimos diciendo que no lo vamos a permitir.
El pueblo suyo y los pueblos nuestros son una misma historia. Desde la guerra de conquista que la corona Española hizo en nuestras tierras, nuestros pueblos han estado resistiendo como el suyo, para sobrevivir como pueblos, naciones o tribus con nuestros territorios, nuestras lenguas, nuestras vestimentas, nuestras culturas y nuestros gobiernos propios; por eso decimos que son más de quinientos años que nuestros pueblos han luchado contra todos los malos gobiernos que han buscado exterminarnos.
Queremos decirles que escuchar su palabra y conocer su lucha nos permite entender que los problemas que nos aquejan se reflejan en otras geografías; es muy claro que este sistema de muerte que domina al mundo golpea a todas las personas, organizaciones y pueblos que nos negamos a caminarlo; pero también se hace muy claro con su ejemplo y su aliento que solo uniendo las luchas anticapitalistas y antipatriarcales en todo el mundo, su lucha y la nuestra, y la de miles y miles de mujeres y hombres, de las trabajadoras y los trabajadores, con los sindicatos, los jóvenes y los pueblos originarios, que sólo organizándonos y articulándonos, podremos vencer a nuestro enemigo común, esa hidra de mil cabezas del sistema capitalista, patriarcal, racista y colonial.
Las compañeras y compañeros zapatistas han venido advirtiendo que la tormenta se acerca; nosotras creemos que ya estamos en ella; vivimos en un país donde gobiernan el capital extranjero y el crimen organizado; en forma diferente a la de ustedes, también la guerra la vivimos a diario con decenas de miles de personas asesinadas, particularmente feminicidios y asesinatos de luchadoras y luchadores sociales, de periodistas comprometidas y comprometidos, de defensoras y defensores de derechos humanos, con decenas de miles de personas desaparecidas, con miles de presos y presas políticas, con el despojo de nuestros territorios, con la explotación y esclavitud de nuestros hermanos y hermanas, con la destrucción de nuestra madre tierra. Ante este escenario y como nos han invitado sin desfallecer nuestros hermanos y hermanas zapatistas en estos últimos 20 años, creemos que la mejor manera de defendernos y pasar a la ofensiva es con la organización desde abajo, de nosotras y nosotros, de los pueblos indígenas, de los pueblos del campo y de la ciudad que ya despertamos, que hacemos a un lado el miedo y la apatía, que nos rebelamos, nos organizamos y actuamos en comunidad, intentando y construyendo espacios de sociedad no capitalista y no patriarcal.
Decimos que es el momento de nosotros los pueblos, es el momento de nosotras las mujeres aprovechando esta coyuntura electoral del 2018, pero mucho más allá; es el momento de que, siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos y hermanas zapatistas y de otros pueblos, de ustedes, hagamos resurgir desde abajo, procesos organizativos autónomos, gobiernos autónomos que obedezcan al pueblo organizado en comunidades, como es un Concejo Indígena de Gobierno que articule nuestras luchas hacia la construcción de un mundo donde quepan y se respeten todos los mundos, que nos permitan ser lo que somos y queremos ser, sin explotación y sin discriminación alguna, donde las mujeres seamos respetadas, valoradas e incluidas, para construir junto con los compañeros, relaciones de libertad y convivencia armónica entre nosotros y nosotras, entre nuestros pueblos y con nuestra madre tierra.
Con el recuerdo vivo de nuestras hermanas y hermanos que entregaron su vida en la construcción de nuestros sueños y nos siguen acompañando, las saludamos, las abrazamos y les decimos gracias, hermanas del pueblo de las montañas, lejanas en distancia y cercanas en nuestros corazones, que sabemos viven, se organizan, luchan y mueren por la liberación de todas las mujeres y todos los pueblos del mundo.
¡Vivan los pueblos originarios del Mundo!
¡Viva la hermandad de los Pueblos!
¡Viva la digna lucha de liberación de las mujeres Kurdas!
¡Nunca más un México sin Nosotras!
¡Nunca más un Mundo sin Nosotras!
Las Concejalas y la Vocera del Concejo Indígena de Gobierno/Congreso NacionalIndígena
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