A l@s compañer@s de OFRANEH
Al pueblo garífuna en lucha
Al pueblo hondureño en resistencia
A los medios libres y l@s defensor@s de derechos humanos
A la comunidad internacional
El jueves 17 de julio en horas de la mañana, Miriam Miranda, coordinadora de la Organización
Fraternal Negra Hondureña OFRANEH fue secuestrada junto a unos 20 integrantes de la
organización por un grupo fuertemente armado vinculado al narcotráfico, en Vallecito, municipio
de Limón, departamento de Colón, Honduras. Por suerte, la fuga de algunos de los raptados
impidió que este secuestro llegara a un final trágico para el digno pueblo garífuna y todo el pueblo
hondureño en resistencia.
L@s compañer@s que se encontraban en el campamento de Vallecito vienen defendiendo
el territorio ancestral garífuna frente a las múltiples invasiones y amenazas en su contra. Las
tierras de Vallecito pertenecen a unas seis cooperativas agrícolas garífunas que conforman la
organización Iseri Lidawamari (Nuevo Amanecer), organización que luchó por más de 20 años por
la recuperación de estas tierras. Sin embargo, la mayor parte de las tierras tituladas a favor del
pueblo garífuna han sido acaparadas ilegalmente, primero por el palmero Miguel Facussé y luego
por personas vinculadas al crimen organizado.
Desde agosto de 2012, a iniciativa de OFRANEH, estas tierras han sido reocupadas por cientos de
hombres, mujeres y jóvenes de todas las comunidades garífunas de Honduras, que enfrentaron las
amenazas de muerte de los grupos ilegales allí instalados. El hecho ocurrido este jueves, volvió a
demostrar la impunidad de los grupos vinculados al crimen organizado, frente a la incapacidad y la
complicidad de las instituciones del Estado, en regiones del noreste hondureño abandonadas por
el gobierno, el que aparentemente sólo está interesado en promover la expansión ilimitada del
monocultivo de la palma africana y el saqueo de los recursos naturales de la región por el capital
transnacional, mediante licencias y concesiones.
La lucha garífuna es la lucha de los pueblos de la tierra y el mar frente al despojo histórico que
han venido sufriendo y que siguen enfrentando. Es la lucha del pueblo miskito en contra de los
mega-proyectos de represas en el río Patuca y de las concesiones petroleras en el mar Caribe. Es la
resistencia del pueblo enca en Río Blanco en contra de la imposición del proyecto hidroeléctrico
de Agua Zarca, que le costó la vida a Tomás García, y por lo cual fueron enjuiciados Berta Cáceres
y Tomás Gómez Membreño, coordinadores del Consejo Cívico de Organizaciones Populares
e Indígenas COPINH. Es la lucha del pueblo Tolupán en contra de las mineras y de la tala de
madera en el territorio ancestral de San Francisco de Locomapa, por lo cual fueron asesinados
María Enrique Matute, Armando Fúnez Medina y Ricardo Soto Fúnez. Es la lucha por la tierra
de los pueblos Maya-Chortí, Pech, Tawahka, de los campesinos del Bajo Aguán, y de todas las
comunidades en lucha contra la depredación y el saqueo de sus territorios y bienes comunes por
las mafias y oligarquías nacionales y por el capital extranjero.
Las comunidades garífunas, ubicadas en la costa Caribe, desde Belice hasta Nicaragua, están
siendo afectadas por el cambio climático, el avance de las plantaciones de palma africana, la
especulación inmobiliaria y la construcción de mega-proyectos turísticos, como los proyectos
“Micos Beach Resort” (hoy “Indura”) en la bahía de Tela y “Banana Coast” en la bahía de Trujillo.
Desde Francia y desde Chiapas, sabemos que esta falacia de “desarrollo” sólo trae despojo,
alienación y muerte para quienes no se conforman. Pero también sabemos que la lucha por el
territorio y la autonomía es la respuesta de los pueblos organizados en resistencia, en Honduras
como en Notre-Dame-des-Landes y en las comunidades zapatistas de las montañas y selvas del
sureste mexicano.
En Honduras, las constantes amenazas y asesinatos en contra de l@s defensor@s de derechos
humanos, evidencian cada día más, la violencia en la que se está hundiendo el país, el colapso
del Estado de derecho, la política gubernamental de represión que se ha desatado en contra del
pueblo hondureño después del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 y la colusión entre crimen
organizado, fuerzas armadas, policías y cúpulas de los partidos políticos, que se reparten el poder
a fuerza de repartición de dádivas y elecciones fraudulentas.
Resulta irónico que la criminalización de los movimientos sociales sirva de pretexto a la
persecución sistemática de los activistas, militantes, abogados, periodistas, líderes y bases por
parte de los verdaderos criminales que se han apoderado del país, de sus recursos y territorios y
de sus instituciones de gobierno.
Manifestamos nuestro total apoyo y solidaridad con la OFRANEH y con todas las personas
y organizaciones que por sus luchas y opiniones están siendo amenazadas en su integridad
física. Condenamos cualquier tipo de amenazas o violencia física en contrade las personas
organizadas que ejercen sus derechos sociales y políticos. Acompañamos a la OFRANEH y a la
Red de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras, en su llamado a las autoridades para
que garanticen la seguridad de las personas que se encuentran en el campamento de Vallecito,
y al gobierno de Honduras para que respete y haga respetar los derechos territoriales y políticos
contemplados en el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales, incluyendo el
derecho a la consulta previa, libre e informada (CPLI), el cual ha sido eludido o falsificado de
forma sistemática, desde que el Estado hondureño firmó y ratificó dicho Convenio hace diez años.
Respaldamos la lucha por la defensa del territorio y la autonomía en las comunidades garífunas del
Caribe y en todas las comunidades negras, indígenas y mestizas de Honduras que luchan por sus
derechos.
Asociación Espoir Chiapas / Esperanza Chiapas
+ informaciones:
http://ofraneh.wordpress.com/
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