El día 14 de Mayo alrededor de las 6 de la tarde nuestros compañeros de lucha Pablo Gómez Gómez y Miguel Gómez Velasco adherentes a La Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN recuperaron su libertad que injustamente el Estado mexicano les arrebató tras 4 años y 5 meses de encierro.
Nuestros compañeros han venido luchado contra la injusticia y denunciando las irregularidades penitenciarias en el CERSS n.º 5, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y por ende de todo el sistema judicial patriarcal, racista, clasista y corrupto, en donde se han organizado con otros compañeros desde hace más de 2 años.
La sentencia absolutoria emitida por el juzgado los exime de cualquier responsabilidad respecto de los hechos que se les imputaron. Hace 3 meses el mismo sistema judicial los sentenció a 44 años de cárcel, pese a todas las irregularidades cometidas durante el proceso penal, entre otras, tortura, falta de un traductor adecuado tanto en el momento de su arresto como en la toma de su declaración, asi como la existencia de toda una serie de pruebas a su favor presentadas ante el juez, de entre las cuales destaca el hecho que lxs propios testigxs de la parte acusadora declararon que nuestros compañeros, Pablo y Miguel, no eran quienes cometieron el delito. Cabe recordar que otro compañero de lucha ya fue absuelto casi 2 años atrás por el mismo delito, el cual también vivió en carne propia las injusticias anteriormente descritas.
La vida q durante todo este tiempo de encierro se les ha robado a nuestros compañeros no solo ha tenido impacto negativo sobre su persona. Pablo perdio a su compañera y tuvo q vender su casa y tierras para poder sustentar a su familia. La compañera de Miguel tuvo q abandonar su comunidad para poder visitarlo regularmente y hacerse cargo de sus hijos sola. A dia de hoy han recuperado su libertad pero ahora empieza el camino para rehacer su vida marcados por el estigma de su paso por prision.
En un país como México, en donde la impunidad del estado legitima sistemáticamente tanto las detenciones arbitrarias como el empleo de la tortura como un método para que lxs acusadxs se autoinculpen, en donde el dinero determina quién ingresa en prisión, quién sale y quién no, en donde los intereses políticos y económicos son los que elaboran la agenda de la institución carcelaria para hacer “justicia”, nada nos debería extrañar que las cárceles estén llenas de personas cuyo delito es ser pobres e indígenas.
El caso de nuestros compañeros es uno más de tantos que atestan al sistema carcelario, no solo el mexicano sino a nivel mundial, pues bien sabemos que esta misma historia se repite en muchas geografías del mundo, todos los días y a todas horas. Nuestro corazón colectivo se llena de alegría al saber que nuestros compañeros se encuentra libres, sin embargo recordamos que su libertad no fue lograda por la buena voluntad del sistema judicial, sino fue a raíz de la lucha tanto afuera como dento de la cárcel. No dejaremos de luchar hasta que estos centros de exterminio y el sistema de justicia que los acompaña sean solo un mal recuerdo en la historia de la humanidad.
¡Abajo los muros de las prisiones!
Grupo de Trabajo No Estamos Todxs