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120 comunidades y ejidos tseltales, choles, tsostiles, zoques y mestizos denuncian vigilancia, hostigamientos, intimidaciones, amenazas y criminalización por parte del Ejército mexicano, hechos que ponen en riesgo la vida y la libertad de quienes conforman la Organización Pueblos Autónomos en Defensa de los Usos y Costumbres.
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A partir del 21 de febrero, por acuerdo comunitario, la Organización Pueblos Autónomos en Defensa de los Usos y Costumbres realizó manifestaciones pacíficas con reparto de volantes, en los tramos carreteros en el Tulipán, Tabasco y Chancalá, Chiapas, para solicitar la devolución de sus animales y el cese de hostigamientos.
El 23 de febrero, durante una de sus acciones, la Organización retuvo a una persona que les tomaba fotos quien se identificó como Ezequiel López López, originario de Puebla. Sin embargo, descubrieron que es un militar, vestido de civil, en acciones de espionaje para el Ejército mexicano a pueblos originarios en la región. Ezequiel pasaba información a la unidad militar de Chancalá, Palenque, Chiapas y al 18 Batallón de Infantería de Tenosique:
“El soldado espiaba, cazaba líderes políticos e informaba, no toda la información la pasaba a su jefe sino también a otra gente. Los mismos soldados están infiltrando, tenemos espías en las comunidades. Tiene una lista de todas las organizaciones y nombre de las personas dirigentes. Trae mapas, fechas, lugares de reuniones y rutas especialmente de transporte de ganado. Cuando llega a la comunidad es que lo reconocen que es el que pasa a vender tortilla y pan. El acta de nacimiento dice que es del ejido San Juan y el de la credencial es del ejido de La Cascada, ambas del municipio de Palenque.”
La Organización Pueblos Autónomos en Defensa de los Usos y Costumbres trasladó a Ezequiel López López a la comunidad Ángel Albino Corzo de Palenque, Chiapas. El mayor Moysés Azcaño Zapot, el sargento segundo Daniel Peralta Flores y el soldado Guillermo Zarao Bermudez llegaron al lugar para negociar la liberación de Ezequiel y se quedaron de manera voluntaria. Mientras estaba el proceso de diálogo, SEDENA inició un cerco a la comunidad: Aproximadamente unos 200 militares provenientes de Tenosique, Tabasco, arribaron a las inmediaciones, cortaron los accesos, así como la comunicación al exterior, la energía eléctrica y se apostaron en posición de ataque para ingresar, a la vez que desplegaron una campaña mediática de desprestigio en contra de la organización. Estas acciones militares generaron miedo. El 24 de febrero, las autoridades de gobierno liberaron el ganado decomisado y firmaron un acuerdo donde se estableció que no habría represalias a integrantes de la Organización. Ezequiel fue entregado sin daño alguno.
Después de estos hechos, las comunidades y ejidos de la Organización Pueblos Autónomos en Defensa de los Usos y Costumbres de Palenque han reportado mayor vigilancia y patrullajes militares en la región, así como un incremento de retenes intermitentes de elementos del Ejército mexicano, quienes se han mostrado en actitud hostil, amenazante y discriminatoria. Cuando les cuestionaron, argumentaron agresivamente que: “son facultades que les da la Ley de Seguridad Interior y que como indígenas tienen que acatar las nuevas reglas”.
Las comunidades de pueblos originarios en la zona norte fronteriza de Chiapas viven en constante tensión, no solamente porque no pueden transportarse libremente sino porque tienen temor de detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas. Es alarmante el incremento de los posicionamientos militares en los municipios de Palenque, Ocosingo, y en las regiones fronterizas del estado de Chiapas, lo cual está ocasionando impactos psicológicos hacia las comunidades mayoritariamente indígenas.
Ante estas acciones ilegales y represivas del Ejército mexicano reiteramos que la implementación de la Ley de Seguridad Interior asegura la continuidad y profundización de la violencia, la agudización de la crisis de derechos humanos, así como de la impunidad, aumentado las violaciones a derechos humanos cometidas por militares. Organismos nacionales e internacionales de derechos humanos han reiterado al Estado mexicano que los militares no son adecuados para las tareas de seguridad pública, como también quedo claro en la audiencia temática celebrada el pasado 2 de marzo en el 167 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Estamos viendo emerger -bajo la absurda legalidad- un Estado mexicano criminal bajo la mano dura de la dictadura militar, contraviniendo de principio todos los instrumentos internacionales de Derechos Humanos.
Exhortamos a la Secretaría de la Defensa Nacional cese los actos ilegales de hostigamientos, intimidaciones, amenazas y criminalización a quienes se organizan de manera pacífica en la construcción de alternativas de vida y asimismo respete los derechos colectivos de los pueblos originarios.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.
21 de marzo de 2018
Boletín No. 09
21 de marzo de 2018
Boletín No. 09
Ejército mexicano realiza espionaje a pueblos originarios en Chiapas
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